Alinear el talento

 

Un reto al que se enfrenta hoy cualquier organización es alinear el talento. Al servicio de este objetivo deberían estar las políticas de gestión de personas, pero no siempre es así. La causa: una cultura inadecuada.

Muchos proyectos de transformación digital, por poner sólo un ejemplo muy de actualidad, fracasan porque no ponen a las personas en el centro de dicha transformación. Para esas empresas, que emprenden proyectos de esta naturaleza probablemente porque está de moda, la cosa va de incorporar tecnología, mejor cuanto más innovadora.

El problema es que la innovación no se entiende sin el factor humano. Parece una obviedad, pero ocurre más veces de lo que creemos. 

 

La importancia del liderazgo

 

Otro ingrediente necesario para el éxito en la gestión de personas es el liderazgo.

Sin una dirección comprometida e inspiradora que predique con el ejemplo, será difícil que el equipo entienda que existe una cultura que invita a tomarse el talento en serio. De ahí que resulte imprescindible que las políticas de recursos humanos muestren coherencia entre sus distintas funciones y prácticas, desde la atracción del talento hasta la salida del mismo cuando es irremediable.

Ese talento, que es nuestro, de cada uno de nosotros, es la clave para que las empresas avancen y, con ellas, la sociedad en su conjunto. Somos, pues, los artífices de ese avance y, por consiguiente, los protagonistas de cualquier transformación.

 

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